Con el apoyo de sus padres, dejándole el terreno para construir el taller de carpintería, junto con su esposa María Carballeira Funcasta y con dinero prestado, crea una empresa en la cual, en poco tiempo contaba con 5 trabajadores.
Hacían trabajos por toda la comarca y alrededores.
A principios de los años 80, uno de los hijos comienza a trabajar con su padre ( Jaime), a principios de los 90 ( Daniel) y en el año 1995 ( Javier).